viernes, marzo 16, 2007

Chuck Close VS M. C. Escher

Hoy he recibido una doble dosis de expresión artística en estado puro. Dos exposiciones a priori muy diferentes pero que tras la visita me han dejado la impresión de que coincidían en algunos puntos.

Los dibujos y/o cuadros corrían de la mano de dos bestias de la peor calaña: Chuck y Escher.

El segundo, bastante más conocido claro, sobre todo por su estapa más matemática y surrealista, se podía visitar en el Centro Arte Canal, en el Parque de Plaza de Castilla. 135 obras que desde la primera hasta la última te dejan con la boca de un metro de apertura. Baste decir que después de la exposición me he gastado 22 euros en un poster xD de uno de los cuadros que más me ha gustado.
Etapa paisajística, sobre todo de paisajes de Italia (Sicilia, Roma...), etapa matemática, dedicada al infinito, a la cinta de Möbius, a la fragmentación del plano, y la archiconocida etapa de estructuras imposibles que a todos nos sigue fascinando a pesar de ver las mismas imágenes 100000 veces. En definitiva una gozada.









El primero, a pesar de ser menos conocido, y de que la exposición era más reducida no por ello ha dejado impresión menos honda en mi retina. Pintor, al principio de su carrera, hiperrealista hasta lo exasperante, va avanzando también en la descomposición de la pintura en pequeños planos que consigue dotar de personalidad propia y que cobran sensación de conjunto a medida que te alejas de ellos, dejándote con el regusto de haber vistos cientos de cuadros diferentes en uno mientras aumenta la distancia entre tus ojos y la obra. Francamente, una exposición que merece la pena ir a ver.










En el apartado de anécdotas hay que decir que en la exposición de Escher teníamos una pareja de lo más...llamemósle pintoresca por no ser groseros, que han colmado de detalles grotescos nuestro recorrido por la sala. Frases tan elocuentes como "Otras tio, es que este está de puta madre" o "joder es que aqui la está desvirgando el tio" a voz en grito (no me pregunteis donde han visto eso, yo no me he percatado) son de las más destacables. El hecho de plantar los dedos en los cristales que protegían los dibujos cuando había al menos unos 80 carteles de NO TOCAR , arrastrar los pies hasta conseguir que se oyera por encima del agradable hilo musical y hacer concursos de a ver quien encontraba antes la firma de Escher en sus cuadros son otros detalles (y no los únicos) que han contribuido a que ahora mismo no tenga más remedio que nombrarles en mi blog. Que joya de pareja.

En fin, resumiendo, claramente os alento a que vayais sin más tardar a visitar estas dos exposiciones si es que no lo habeis hecho ya, por que merecen absolutamente la pena, por las obras de ambos, las frases de Escher desplegadas por las paredes y la oportunidad de toparos con algunos especímenes de la fauna ibérica absolutamente fascinantes.

Lo que ocurre cuando un friki de Lego es además fan de Escher...

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