miércoles, marzo 07, 2007

La Ciudad Medieval

Este domingo, apelando al buen tiempo que hacía, desplacé mi cuerpo hacia la provincia de Guadalajara. Más en concreto a la para mí desconocida ciudad de Sigüenza.

Es una bonita ciudad. Los dos elementos más destacables quizá son el castillo - parador nacional y la Catedral. Del primero decir, que lo poco que te dejan ver, esta magníficamente restaurado y dan ganas de pagar la nada despreciabale cantidad de euros que cuesta una habitación sólo para recorrer el castillo en toda su magnificiencia y volver al siglo XII en un pis-pás.





La Catedral es un mundo aparte. El como la tipica manta de retales que se pasan en las películas americanas de madres a hijas y que cada una pone un trozo, así, a su bola. Se han ido añadiendo cosas desde el siglo XII hasta el XVI o el XVII, y además alegremente, sin pudor, ale, que ahi quiero una torre, pues toma torre, aqui una puerta, pues ale puerta para ti... Es una cosa como poco, curiosa, que nos permite afirmar sin lugar a dudas que la catedral de Sigüenza es ÚNICA en el mundo.





Tras una mañana ajetreada dando vueltas por alli, partí hacia un pueblo cercano llamado Pelegrina, sito en medio de un Parque Natural (el de la Ribera del río Dulce) y que desborda encanto por los cuatro costados. En especial, subir a su castillo (o más bien a lo que queda de él) fue la experiencia más gratificante del día. En una pequeña mocha, a una altura considerable se levantan las pocas piedras que quedan de él, imponentes a pesar del paso de los años. Las vistas increibles, un pequeño deje de vértigo al mirar abajo, y una sensación de grandiosidad al mirar al horizonte.











Y precisamente contra el horizonte, se recortaban en vuelo majestuoso un grán número de águilas imperiales. Y sentados alli arriba, una de estas enromes aves se acerco lo bastante como para admirar toda su grandeza y dejarnos bien claro quién era la auténtica dueña y señora de aquellos parajes. Bajó como para decirnos "este no es vuestro sitio, y mientras esteis aquí os vigilaré desde las alturas".



Finalmente y tras la visita al castillo, deshice el camino andado y volví hacia Madrid, con un estupendo recuerdo en la cabeza y en el corazón.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Pues nada cielo , acuerdate de ese día en Siguenza y pedanias. Acuerdate de ese buen rollito y deja que te inunde por completo, y que tu corazón y cabeza vuelvan a despejarse y sonrreir una vez más.

Dercein