viernes, julio 10, 2009

6254

Pardiez, qué ciudad. Sus calles, tan distintas de las de uno aunque al mismo tiempo tan parecidas. Su gente. Sus "como tús" que ya quisieras, maja. Piensas y piensas, sólo para darte cuenta de lo que ya sabías y querías olvidar, y querían hacerte olvidar y casi lo consiguen; pero es que la realidad te ha pegado en toda la cara, te ha dicho "déjate de tonterías, AntoñitaLaFantástica™". Y claro, a claudicar toca.




Qué bonito skyline. Si fueras uniendo las cimas, los puntos, tendrías una gráfica de cómo se siente uno caminando por aquí. Up, down, uptown, downtown. O quizá la montaña rusa en la que piensa que andas subida tu estómago, cuando ves que ve lo que tú ves con otros ojos. Y qué ojos. Y los tuyos al suelo, que no se salen de las cuencas navegando y ruedan por el suelo de milagro. ¡Qué desastre!

6254 kilómetros no cambian nada, nena. Amplifican, subrayan, ponen de manifiesto. Pero eso ya estaba. Disfruta de Toronto y calla, gilipollas.

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