Yo nunca me había conseguido enterar de cuándo era exactamente, amén de que en Madrid no se ve na de na, asi que iba a ser mi primera experiencia estelar de semejantes características.
Me preparé para la noche del domingo al lunes, que decían sería la más intensa. Tenía poco tiempo, pues al dia siguiente tocaba currar y volverse desde mi pueblo a Madrid es un buen rato.
Cena frugal, tumbona, luces fuera, y...
NADA.
Ahi va, una.
NADA.
NADA.
Algunas pequeñas colas. Mierda, demasiada claridad, no era noche cerrada y no parecía que fuese a cerrar hasta la madrugada. Y yo tenía que irme a Madrid!!
Tristeza, desesperación, mala uva...
De pronto me quedé mirando el cielo. No había Perseidas o estas no se veían. Pero había una inmensidad de estrellas, más de las que se ven desde mi casa habitualmente. Empecé a pensar, a mirarlas y remirarlas a sentirme pequeña, chiquitaja...pero a la vez con fuerzas para ir y tocar una si se terciaba. Y así estuve hasta que el frío pudo conmigo, mirando el cielo de Agosto como pocas veces lo había visto y en buena...no en la mejor compañía posible. Y eso me compensó casi del todo.
Asi que 20% triste, 80% feliz, volví a Madrid con la intención de intentarlo el año que viene en circunstancias más propicias, ¡prometido!
2 comentarios:
Muchas gracias por lo de la compañia! :-)
pa eso es mejor verlo por la tele mary, endeluego cuando aprenderas de la era informatica xD
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