La vieja vestida, dormida,
huesuda, en tiempos panzuda,
dolida, perdida, el alma partida.
De cara alargada, cegada,
añeja, de carne pelleja,
arrugada, cansada y desdentada.
Sin ganas de nada, sentada
en su silla, vacía, decía
enfadada "Estoy agotada"
Para sí murmuraba, cantaba
una cancioncilla, sencilla,
anticuada, escuchada y recordada.
Soñaba silenciosa, deseosa
de vida, perdida,
roñosa, achacosa.
Y moría pequeña, sin leña
que alimentase, avivase
su fuego, sus ruegos.
Moría graciosa, sin rosas,
ni otras flores, ni amores,
ni losas, ni enterradores. Sin ninguna cosa.
1 comentario:
Me he imaginado perfectamente a la ancianita... La he leído varias veces y se me han puesto los ojos llorosos... ¿En quién te inspiraste para escribirla?
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