Sin palabras.
Bueno, quizá algunas.
Surrealista.
Inexplicable.
Desconcertante.
No asimilable por mentes mundanas como la mía, al parecer.
Blake es una estrella de rock retirada en su mansión en medio del campo, con unos cuantos...¿amigos?, y que vive presionado por (suponemos) las exigencias de su fama, y atormentado por el abandono de su mujer y su hijo/a del domicilio y por otra serie de cosas que no quedan muy claras.
Siendo breves, la película es un paseo por diversos personajes que no se sabe muy bien de dónde han salido y por qué son así, salvo quizá por el consumo de demasiadas pástillas, cocaína u otras sustancias estupefacientes. Las situaciones que estos personajes viven son la mayor parte del tiempo inverosímiles y cuando tienen algo de coherentes te das cuenta de que no entiendes por qué pasa eso en ese determinado momento. Todo ello se adereza con unos cuantos planos fijos de varios minutos, y sonidos que no corresponden en absoluto con la escena que estás viendo.
Lo mejor son dos de las canciones (al menos las que he podido identificar como tal) que aparecen en la película: un tema acústico que toca Blake en el salón (después de comerse un par de cucharadas de unos macarrones con "queso" y leche fría que se ha preparado hace un momento y que dan un poco de grimilla) que se titula Death to Birth y la canción de Velvet Underground que suena en el salón mientras están sus compis de pedo, que se titula Venus in Furs.
Lo peor creo que fue tener que tragarnos el horrible video-clip de los Boyz II Men que está viendo (o algo) Blake en la televisión en un momento dado.
En definitiva, creo que fue una experiencia interesante, pero yo personalmente prefiero el cine un poquito más convencional. No la dejéis pasar, es una fuente inagotable de comentarios para después...
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