lunes, diciembre 22, 2008

Sí, no, tal vez...

Un día mi conciencia se pregunto a sí misma "¿Existo realmente?" y entonces un bucle infinito empezó a darse en mis pensamientos. Mi conciencia no sabía como había llegado a decirse aquello, y aunque me dejó claro desde el principio que no me había preguntado a mi, yo no hubiera sabido que responderle.
Opté por dejarla a su libre albedrío, convencida de que saldría adelante ella sola, ya que mi conciencia solía ser siempre buena, o al menos así se me había vendido. Maldito ese instante en que, por un sólo pelo, tomamos la decisión equivocada.
Y esta sin duda lo fue.


Mi conciencia ha decidido marcharse. Ha decidido olvidarse de mi, y e ir a buscar su propio camino, sin dejarme instrucciones, sin decirme cuán larga será su ausencia.
¿Venderán conciencias de segunda mano? ¿Algún alma caritativa podrá prestarme la suya?
¿Me querrás sabiendo que no la tengo?
Si, no, tal vez...

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